jueves, 2 de agosto de 2018

CAPITULO 33 (CUARTA HISTORIA)




Los dos hombres estaban en el perfil de ella, pero se podía ver la rabia en la cara de Pedro, venas palpitantes en su cuello. Su respiración era entrecortada y la mirada que le estaba dando su padre adoptivo era uno de pura ira furiosa. Era como una serpiente en el momento antes de que se golpeara con intención mortal.


-Nos iremos. Estás muerta para nosotros -dijo su madre adoptiva con un resoplido.


Paula pensó que no era nada nuevo. Siempre había estado muerta para ellos, y si Ravi la había matado, no habría sido acusado por ninguno de los dos.


La seguridad de Mauro invadió la habitación, tomando la mujer de las manos de Mauro y la condujo hacia la puerta.


-Pedro. No lo hagas. Ni uno de ellos vale la pena - Paula dijo en voz baja, tratando de convencer a
Pedro de no hacer un alboroto. Podía ver su resolución, y le daba miedo. Ella no quería que él se encontrara en sus problemas.


Paula se levantó rápidamente, y puso su mano sobre el hombro de Pedro


-Por favor - susurró en su oído.


-Él te iba a pegar -dijo Pedro con voz ronca, la respiración aserrando dentro y fuera de sus pulmones con rapidez, como si estuviera perdiendo el control.


-No lo hizo. Me salvaste. Deja que se vaya.


Su padre adoptivo estaba en absoluto silencio, tratando de pasar por Pedro para salir, pero no pudo escapar de las garras de Pedro.


-Bien. Él puede irse. Justo después de esto -  Pedro retiró su poderoso brazo y le dio un puñetazo en la cara del hombre mayor. La fuerza era lo suficientemente potente como para poner a su padre adoptivo de rodillas.


-Me rompiste la nariz - el hombre mayor se quejó, sosteniendo la mano en la nariz ensangrentada.


Con seguridad y empujado por Pedro tiró de su padre adoptivo de un salto.


Mirándolo, Pedro dijo cáusticamente: -Eres un maldito cobarde, y si te tuviera solo durante cinco minutos, me gustaría romper más que la nariz. Si alguna vez te cercas a ella otra vez, la vas a lidiar conmigo.


-Pensé que eras un héroe de fútbol - dijo su padre adoptivo con disgusto.


-En este momento, sólo soy un hombre cabreado, lárgate de mi vista - Pedro dijo a los agentes que sacaban al hombre.


Mauro tenía sus brazos envueltos alrededor de Mia, y la habitación vacía a excepción de ellos, Pedro, y Paula .


-¿Estás bien? - Pedro se quejó, frotándose las manos arriba y abajo de sus brazos y escrutando su rostro.-¡Mierda! Quería matar al bastardo, pero creo que has sido testigo suficiente violencia en tu vida.


-No te he visto entrar -comentó en voz baja, tratando de calmar la situación.


-Entré tan sólo unos minutos antes de que el bastardo alzara la mano para golpearte.


-Todavía eres rápido -  dijo Mauro, mirando a Pedro agradecido.-Yo lo no habría hecho lo
suficientemente rápido- Se alejó del lado de Mia el tiempo suficiente para abrazar a Paula , susurrando en voz baja - Estoy muy orgulloso de ti. Sé que no fue fácil hacerle frente a ellos. Lo hiciste genial.


Curiosamente, no fue tan difícil, pero ella se sonrojó ante el cumplido de Mauro. Tal vez se estaba poniendo un poco de sentido común, o tal vez sólo era finalmente capaz de definir la línea entre el bien y el mal- Ya era hora. Gracias por ayudar a los niños que estaban planeando casarse. Me gustaría darle un poco de dinero para ayudarla.


Mauro se echó hacia atrás y sacudió la cabeza. 


-No va a pasar. Ella es una chica dulce y ella será una maestra maravillosa. Estoy feliz de ayudarla. Ya le he puesto al día con todo lo que necesita para su educación y gastos. Ella está
bien, Paula


-Entonces quiero crear una organización de algún tipo. Para ayudar a otras mujeres abusadas a obtener educación gratis .Era algo que quería hablar con ustedes. Eres un gran inversor. ¿Puedes ayudarme a invertir el dinero que mi padre me dio para que pueda llevar su legado? - Preguntó a Mauro.


-Ya está hecho. La base aún lleva el nombre de tu padre.-Fue Pedro quien habló en esta ocasión.-Y está bien financiado por el momento.


-Pero yo quiero hacer algo,- Paula se opuso. -Quiero dar algo.


-Alfonso la ha colocado ya que está financiado por varios multimillonarios. Pero podríamos utilizar tu tiempo en voluntarios - Mauro le dijo en voz baja.


-Se establece esto? - Paula cuestionó a Pedro, su corazón atronando mientras lo miraba. 


Parecía cansado, oscuros círculos estropeaban la piel debajo de los ojos y las líneas de tensión que muestra en su rostro.


Pedro se encogió de hombros - Todos lo hicieron. Mauro, Teo, Samuel, Simon, y yo somos los principales donantes.


-Eso es increíble. No sé cómo darles las gracias a todos - Miró a Mia y Mauro y Pedro con lágrimas de gratitud en sus ojos - Pero ¿qué pasa con mis fondos? ¿No van a ayudar? 


Mauro sonrió. -Tenemos otros donantes alineados. Creo que hay que invertir para tu futuro.


-Yo te ayudaré - gruñó Pedro.


Mauro asintió. 


-Esta bien. Tal vez es mejor que yo- Mauro aceptó un poco de mala gana.


-Quiero aprender a hacerlo yo misma - Paula comentó tenazmente.


-Te voy a enseñar - consintió Pedro.-Voy a aconsejarte mientras estás aprendiendo.


Paula asintió con entusiasmo.-Gracias.


La tensión entre ella y Pedro era casi palpable, y aunque ella quería verlo, estar cerca de él era difícil. 


-Yo debería irme. Estoy segura de que viniste a visitar a Mauro.-Abrazó y besó Mia y Mauro en la mejilla.-Gracias. Por todo.


-Somos una familia. Sé que no estás acostumbrado a tener familia, pero te acostumbras a ella. Vamos a entrometernos en tu negocio todo el tiempo - Mauro respondió con una arrogancia y la confianza de un hombre que planeó ser su protector para la vida.


Mia dio un codazo en las costillas a Mauro. -Pero sólo en el buen sentido - se precipitó a añadir.


Paula se rió, su alegría al ver que tenia a las personas que realmente se preocupaban por ella, era demasiado para mantenerlo en su interior. 


-Voy a trabajar en acostumbrarse a ello - ella estuvo de acuerdo.-Oh. Me olvidé. ¿Tienes alguna persona que pueda ayudarme a cambiar mi neumático? Creo que esta plano. Tengo un repuesto, pero no estoy segura de que tenga el equipo que necesito para cambiarla.


-Tu coche es el viejo que está en frente de la casa con un neumático desinflado? - Preguntó con irritación Pedro.


-Sí - admitió.


-Te ayudare. Vamos.-Él le agarró la mano bruscamente y salió de la casa, haciendo su footing atrás para mantener el ritmo.


Paula suspiró, sabiendo que estaba a punto de tener su segundo enfrentamiento crucial del día, a menos que éste sería sólo la herida que sus sentimientos provocarían una ruptura en su corazón.




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