jueves, 23 de agosto de 2018
CAPITULO FINAL (QUINTA HISTORIA)
Dos meses después.
Paula sabía que Pedro estaba en su camino, y ella susurró su cuenta regresiva habitual.
-Cinco…
-Cuatro…
-Tres…
-Dos…
-Uno…
Suspiró mientras miraba a su marido hermoso caminar a través de la puerta de su oficina, vestido con uno de sus trajes oscuros favoritos, y su andar, su hermosa sonrisa de maldad que siempre hacía que su corazón comience a hacer volteretas dentro de su pecho.
-Buenos días, hermosa - dijo bruscamente, sus ojos vagando sobre ella posesivamente.
.Buenos días, señor Alfonso - ella respondió con malicia -Deja que te traiga un poco de café - Pau
siempre estaba dispuesta a ir a buscar el café cuando él la saludaba así, que no había dejado de hacer en cualquier día desde que habían regresado de Colorado.
La mayoría de los días, trabajaron juntos, pero Pedro habían tenido una reunión temprano por la mañana, por lo que había conducido a Paula a su nuevo vehículo. Pedro le había conseguido un F12 de Ferrari como regalo de bodas, una sorpresa que no había recuperado de embargo, a pesar de que habían estado casados hace un mes en una pequeña ceremonia en su casa. A pesar de que la boda había sido pequeña, había sido el más hermoso evento de su vida, el día en que se unió con el hombre que sabía que le encantaría para siempre y más allá. Sofia, Mia, Magda, y Karen tenía todo y se comprometieron en conseguirlo, se planeó rápidamente, y habían tenido toda su familia y amigos más cercanos en la ceremonia y la recepción, que era todo lo que había deseado Paula o soñado para una boda. Por supuesto, Pedro había tenido necesidad de tener lo mejor de todo para la boda, y le había sorprendido más tarde con un nuevo F12.
Paula estaba bastante segura de que todavía estaba preocupada por su conducción de un coche rápido, y envió un mensaje dos veces para asegurarse de que lo había hecho de forma segura para trabajar, recordando que ella vea su velocidad. Si era honesta, ella no había sido capaz de resistirse a usar un poco de la enorme potencia del vehículo, pero sólo de manera razonable, porque todavía estaba un poco nerviosa por la conducción de un coche maldito caro.
Pedro le había sacado a su pista de carreras, pero Paula aún no había visto usar las habilidades de carreras magníficas que ella sabía que era capaz de exhibir cuando estaba en el coche. Ella se burló de él por conducir como un viejito en algunos de sus coches más rápidos, pero él sólo se quejó de que no estaba arriesgando su vida haciéndolo a velocidades suicidas cuando estaba con él. Pero ella amaba la sensación estimulante de velocidad cuando Pedro estaba haciendo sus tramos de carril, aunque ella sabía que conducía un infierno de mucho más rápido en ellos cuando ella no estaba cerca.
Paula con una taza de café para los dos, las agarró y los llevó a su oficina para que pudieran tener su discusión acerca de los negocios de la mañana. Ella lo miró, con expresión pensativa ahora.
-¿Estás bien? - Preguntó a Pau, de que se trata. Había mirado tan feliz hace unos minutos.
-Tengo algo para ti - dijo lentamente, en voz baja y grave cuando añadió-Por favor, no te enojes...
Paula arqueó una ceja, preguntándose si se refería a algunas de sus conferencias sobre la compra de sus cosas que no necesitaba.
Después de que su casa había sido destruida, Pedro compró y compró y compró
para ella, aun cuando sabía que finalmente conseguiría una asignación del seguro para reemplazar las cosas que realmente necesitaba.
Y él no se había detenido, sin embargo, muchas de las cosas que estaba comprando eran mucho más de lo que necesitaba.
-Probablemente no me enoje…- Pau le dijo pacientemente, aunque siempre a sí misma dejaba un margen de maniobra en caso de que se fuera por encima.
-Es posible que - Pedro le advirtió, la extendió un sobre -Esto es para ti.
Un poco alarmada por la expresión seria en su cara, ella saltó y tomó la carta, mirando
inmediatamente en el retorno de direcciones,
reconociendo el nombre inmediatamente.
-¿Por qué debería estar recibiendo algo de ellos?- Le preguntó en voz baja, perpleja al abrir el sobre, y luego deslizó sus gafas de lectura desde la parte superior de su cabeza y se las puso.
Cuando empezó a leer la adjunta carta, sus rodillas cedieron y tuvo que sentarse para completar el resto de la correspondencia.
-Oh Dios mío. Esto no es real. Es un engaño. -Fue una notificación de que el primer libro de su serie joven adulto de fantasía había ganado uno de los premios más prestigiosos posibles para un manuscrito inédito -No siempre me expuse a ellos.
-Lo hice - La voz de Pedro era baja y ansiosa.
-Pero fue todo, Pau. Ninguno de los jueces que
conocen el manuscrito y te juro que no interfirieron. Yo sólo lo presenté. ¿Qué dice la carta?
Los ojos de Paula volaron a su cara, asombrada.
-Dice que gané el primer lugar, el libro del año por un manuscrito inédito - Sus manos temblaban mientras se levantaba y le entregó la carta, viendo mientras examinaba el escrito de notificación.
Él le sonrió.
-Yo sabía que ibas a ganar.
Si Pedro le estaba diciendo que no había hecho que esto suceda, que había ganado en su propio mérito, ella sabía que era verdad. Si había una cosa que Pedro no hacía, era mentir flagrante.
Podría haber evitado la verdad en el pasado, pero nunca le hubiera engañado a ella sobre algo como esto.
-Has enviado esto por mí?- Paula dijo con voz ronca, su voz obstruida por las lágrimas. Sólo el hecho de que Pedro haya pensado en hacer algo así era increíble. Ella sabía que tenía fe en ella, pero esto era increíble.
-¿Estás enojada? - Parecía nervioso.-Sé que debería habértelo pedido primero, pero no pensé que lo harías. Y sabía que ibas a ganar.
-Lo que probablemente no habría hecho- Paula admitido, sabiendo que había crecido emocionalmente mucho desde que había roto su relación con Ricardo. Aún así, la presentación de su manuscrito para un premio tan prestigioso habría sido desalentador, y sinceramente, probablemente no se le habría siquiera pasado por la cabeza hacerlo.
-Yo quería que tuvieras la validación oficial de que su trabajo es reconocido por las personas calificadas. Las personas que no soy yo.
Paula se levantó y caminó alrededor de la mesa, y le echó los brazos alrededor de su cuello. Se apoderó de su cuerpo de inmediato, tirando de ella en su regazo.
-No estás loco - le dijo ella entre lágrimas, todavía tan sorprendida por la fuerza y la reflexión del hombre que se había casado.
-Sólo quiero que seas feliz, Pau. Sé que dijiste que todavía querías quedarte aquí y trabajar conmigo, pero yo quiero que hagas lo que quieras hacer, para llegar a cualquier sueño que tengas. Puedes terminar tu MBA, o escribir más novelas premiadas ahora que todo el mundo en la publicación pagara tus libros. No me importa lo que se necesites para ser feliz. Lo haré - dijo Pedro con fuerza, apretando su agarre alrededor de su cintura.-Mientras siempre seas mía.
-Ya estoy en éxtasis, feliz, Pedro, porque me amas - Se pasó un errante mechón de pelo de la frente - Y yo no quiero volver a la universidad para mi MBA más. Creo que yo estaba estudiando negocios, ya que era seguro, normal. Yo quiero escribir, y yo quiero estar contigo y hacerte feliz. Esos son mis únicos dos sueños ahora. Y algún día me gustaría tener un niño.
-Cariño, ya estoy feliz. Y estoy más que dispuesto a hacer horas extras para trabajar en ese sueño del bebé -le dijo con entusiasmo.
Paula sonrió, sabiendo que si trabajara más duro en eso, ella estaría agotada. Pedro ya era insaciable. Y, en realidad, le gustaba su trabajo en Alfonso ahora que su marido no era el jefe multimillonario del infierno más.
-Me gustaría quedarme, si no quieres otra asistente. Puedo escribir en las tardes y los fines de semana cuando estás ocupado. Y me prometiste que me llevarías a todas partes. Puedo escribir en cualquier lugar.
-Gracias a Dios - Pedro respondió fervientemente, colocando su frente en su hombro, aliviado.
-Dudo que pueda encontrar a nadie más que
me aguante, y yo no estaba seguro de cómo iba a hacerlo, todo un día sin ti aquí. Te necesito, Paula.
El corazón de Paula se apretó, sabiendo que significaba que él la necesitaba de más maneras que sólo una ayudante. Y ella lo necesitaba, también. Tal como los dos se acostumbraron a su intensa relación que dejaron a los dos sentirse vulnerables, se sentía diferente. Pero en este momento, Pau estaba
exactamente donde quería estar.
-Nunca conseguiría otro trabajo con tan
grandes marginales beneficios- Pau le dijo en broma.-Y sería triste si comenzaras a odiar tu
escritorio de nuevo - Ella extendió la mano y acarició con una mano sobre la madera pulida.
Pedro gruñó y se levantó, levantándola sobre la mesa frente a él.
-Creo que necesito un recordatorio de lo mucho que lo amo- Su expresión era mala ya que empezó a desabrocharle la blusa.
-Señor Alfonso , que tiene una reunión en breve - Pau le recordó con severidad.
-Pueden esperar. Soy el maldito jefe - dijo con voz áspera.
Paula se estiró y comenzó a desabrocharle la camisa, la necesidad de tocar su piel caliente. -Necesito tocarte- murmuró ella, su corazón tan lleno de amor que tenía miedo de que fuera a estallar.
-Mierda. Entonces, probablemente voy a llegar a la reunión a tiempo - dijo con dureza -Sabes lo que pasa cuando haces eso.
-Entonces dame un beso - le dijo con dulzura.
Pedro bajó la mirada hacia ella, sus ojos oscuros y remolinos de la emoción.
-Te amo, Pau.
El corazón le dio un vuelco al ver la intensidad de sus ojos mientras ella respondió:
-Te amo - Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello, abandonando sus botones para hundirse en un apasionado abrazo de Pedro.
Todavía era tarde para su reunión, pero cuando finalmente lo hizo llegar, sorprendió a sus empleados mediante la introducción de la sala de conferencias con una enorme sonrisa en su rostro. A mitad de la reunión, el teléfono de Pedro sonó con un tono musical fuerte y optimista. Cada cara alrededor de la mesa de conferencias se sorprendió cuando, en lugar de irritarse con Paula por cambiar el tono de llamada en su teléfono...Pedro Alfonso se rió.
CAPITULO 59 (QUINTA HISTORIA)
-¿Era tan difícil?- Paula le preguntó con ternura, sabiendo que había sido, y se preguntaba si quería hablar de ello.
-Tenías razón. Tenía que hacerlo - respondió en una voz ronca por la emoción. La atrajo hacia él,
envolviendo sus brazos fuertemente alrededor de ella y hundiendo la cara en su pelo.-Gracias por devolverme mi familia, Pau - Su voz era áspera y cruda de emoción.
Paula intentó tragar el nudo que se estaba formando en su garganta mientras Pedro llevó a cabo con fuerza, su cuerpo temblando. Ella le
acarició el pelo, envolviendo su otro brazo alrededor de su cuello, sabiendo lo mucho que todo esto significaba para él. Él había estado solo durante tanto tiempo, tener una familia, pero sin embargo nunca se conectó a ellos desde la muerte de sus padres. Paula era muy agradecida de que todos los miembros de la familia de Pedro había tratado de convencerlo de que la muerte de sus padres no eran su culpa.
-Te amo - ella le dijo con suavidad, sin dejar de acariciar su pelo para consolarlo.
-Te amo tanto creo que me va a matar -dijo Pedro en una voz apagada, sigue sin aflojar su control sobre ella -Es necesario que te cases conmigo pronto - añadió en voz más exigente pero punzante.
-Vamos a hablar de ello - dijo a Paula, sabiendo que había que ceder. Se sentía de la misma manera como Pedro, y ella no quería esperar.
Pedro se retiró y encontró su mirada, su expresión intensa.
-Como el infierno lo haremos - gruñó Pedro.
Y entonces él la besó, y Pau sabía exactamente que iba a ganar este argumento ya que fue arrastrada por la misma pasión volátil que estaba sintiendo, los dos se perdieron por completo uno en el otro.
CAPITULO 58 (QUINTA HISTORIA)
-No puedo creer que todos acaban de aceptar esto, que me creen - dijo Pedro con voz ronca.
Paula apretó la mano, sabiendo lo incondicional de su familia, la aceptación era todo para él.
-¿Por qué no lo haríamos? -Sofia preguntó con curiosidad.-Cuando Gustavo me rescató, me dijo que le mandaste un mensaje. ¿Cómo sabias
que lo necesitaba?
-Tuve un vago sueño la noche anterior - admitió Pedro.-"Y no me sentía bien sobre toda la situación - Se encogió de hombros. "Sucede así a veces.
-Tienes un regalo increíble, Pedro. Creo que hay muchas cosas espirituales que no entendemos, pero eso no quiere decir que no existen - Sofia murmuró.-Estoy más agradecida de lo que nunca sabrás por mandar un mensaje a Gustavo ese día. Yo no lo habría hecho incluso unos pocos minutos más sin tu ayuda.
Paula quería abrazar a su amiga para tranquilizar a Pedro, por tratar de hacerlo más cómodo consigo mismo.
-Ha salvado a Gustavo, también.
Mia se inclinó hacia delante, con una expresión de asombro en su rostro.
-Dinos.
-Él te dijo?- Pedro preguntó, mirándola con el ceño fruncido.
-Él lo hizo. Cuando mi casa fue destruida, él me contó su historia porque yo le dije que pensaba que sabías que iba a pasar.
Paula explicó rápidamente lo que había sucedido con Gustavo al resto de la familia. Pedro ya les había dicho acerca de sus sueños recurrentes sobre Paula, y por qué la había llevado a Colorado.
-Mierda, Pedro. Eso es increíble - Kevin exclamó, y se abrían a Pedro.
-Es curioso. Y así soy yo- Pedro retumbó con torpeza, pero no muy enfáticamente.
Paula suspiró, sabiendo que tomaría tiempo para Pedro aceptar por completo quién era, pero tiene a su familia sabiendo sobre él y validarlo fue un paso importante.
-Tienes talento - Sofia argumentó.
-Especial - dijo Mia con una inclinación de cabeza.
-Nunca quise ser dotado o especial- raspó Pedro - Después de nuestra infancia loca y nuestro padre loco, yo sólo quería ser normal.
-Nunca has estado normal -dijo Kevin con una sonrisa.-Siempre has sido un grano en el culo. Y que pasó con el hermano que me dijo que no había conocido a una mujer que valga la pena para perder su sentido común?¿Has visto la imagen de ti en el periódico agarrando el trasero de Pau y besándola como si lo había perdido en el medio de una fiesta oficial?
-Sí. Lo enmarque y está en mi escritorio en el trabajo - admitió. -Me he unido al club psico los
hombres. De hecho, voy a tener que convertirme
en el maldito presidente de la organización.
-Todavía quieres deshacerte de ese escritorio?- Preguntó con una sonrisa Kevin.
-Claro que no. Ya no. Se ha convertido en mi pieza favorita de los-muebles en todo el maldito edificio- respondió enfáticamente.
Paula enrojeció, sabía exactamente por qué Pedro solía odiar ese escritorio. Pero que habían tenido un poco más de aventuras en la oficina en la que la superficie de madera en particular, y ahora él juró que lo mantenía para siempre, incluso si lo hiciera distraerlo veces.
Pero ella sabía que iba a acordar de nuevo si ella no estaba cerca.
Los hombres bromearon un poco más, las mujeres se lanzan en sus propios comentarios.
Paula miraba hacia Pedro, finalmente respiro un suspiro de alivio. Hoy había sido un gran obstáculo para él, y ella sabía que no tenía muchas ganas de tratar con él. Pero ella tenía suficiente fe en su familia para saber que siempre había aceptado incondicionalmente a Pedro, y ella quería que él supiera crea eso.
Así que ella lo había empujado, le animó, esperando que nada pudiera ir mal. Algún día él estaría más cómodo con sus rasgos especiales y únicos, pero él había vivido con su regalo solo durante tanto tiempo que no iba a suceder durante la noche.
Había estado viviendo con él desde que volvieron de Colorado, y aunque su casa era enorme y tenía la seguridad increíble, no era ostentoso. Por supuesto, debería haber sabido que no lo sería, porque ese no era el estilo de Pedro.
Había ido a su casa destruida con ella, pero casi nada era recuperable. Curiosamente, no estaba muy triste. Había unos pocos artículos personales que le hubiera gustado tener, pero era casi como si no hubiera siquiera realmente empezado a vivir hasta que hubiera caído en el amor de Pedro. Y se sentía como todo lo que había sucedido antes en su vida fue todo lo cual lleva a esta... a él. Pedro la hacía sentirse querida, completa y perfecta. Dudaba que alguna vez dejaran de luchar a veces, pero era casi como... los juegos previos.
Además, Pedro no era el tipo de hombre que necesitaba una esposa que no lo retara. Y ella adoraba a su amante macho alfa, la personalidad de protección. La hacía sentir segura, y nunca hubo un día en que no se sentía amada, incluso si él estaba enojado con ella por algo.
-Por eso, cuando es la boda?- Sofia preguntó con curiosidad, mirando con entusiasmo a Paula.
-Pronto- Pedro, irritado.
-El próximo año- Pau respondió al mismo tiempo.
Se miraron el uno al otro.
Pedro envolvió un brazo de acero alrededor de su cintura y la atrajo hacia su regazo.
-No voy a esperar hasta el próximo año- él le informó obstinadamente, su voz con una nota de
advertencia.
-No han fijado una fecha todavía - dijo a Sofia con un guiño.
-Pero es seguro que no será el próximo año- Pedro respondió obstinadamente.
Kevin miró a Mauro.
-¿Hay que empezar a hacer sus apuestas sobre quién va a ganar este argumento?
-No- Mauro respondió con una sonrisa -No funcionaría. Nos gustaría tanto apostar a Pedro.
Sofia, Kevin, Mauro, y Mia se rieron mientras se levantaban para irse.
-Creo que voy a dejar a estos dos trabajar- dijo Kevin, golpeando a Pedro en la espalda mientras caminaba junto a él.
Paula retorciéndose para salir del regazo de Pedro para ver a todo el mundo, pero él la abrazó con fuerza durante un minuto más, susurrando con voz ronca en su oído
-No estuvimos esperando tanto tiempo, incluso si tengo que salir de mi corbata traviesa.
Paula se estremeció ante la idea, sabiendo que cuando Pedro quería algo, siempre lo consiguia.
Cuando Pedro realmente quería ser malo,
sabía exactamente cómo llegar a ella.
-Lo discutiremos - ella le dijo con firmeza mientras se levantaba.
-No por mucho tiempo- dijo Pedro ominosamente, con una sonrisa feliz en su cara ahora.
Paula le devolvió la sonrisa, más que lista a discutir con él, ya que siempre terminó en el más delicioso sexo de reconciliación.
Por último, Pedro cerró la puerta detrás de su familia y se enfrentó a ella con una mirada de alivio en su rostro.
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