martes, 31 de julio de 2018

CAPITULO 26 (CUARTA HISTORIA)





Paula dobló la última camisa que había comprado para ella y lo colocó en la parte superior de su nueva maleta con un suspiro. Ella no había preparado la ropa que Magda y Mia habían comprado, pensando que había que hablar con ellos más tarde. Eran demasiado extravagante, y ella era más o menos una mujer ocasional. Sus vaqueros, sandalias y camisas eran más o menos la norma. Ella era un pintor, y los trajes no eran algo que normalmente usaría. 


Si conseguía Magda para llevarlos de vuelta, su hermana podría recibir su reembolso. Ella no se había puesto ninguno de ellos, excepto la camisa roja.


Las paredes de Pedro estaban completas. No había una pared más que podía hacer en su casa. Desde Acción de Gracias, hace dos semanas, había apreciado cada momento que habían pasado juntos, pero ya era hora de que se vaya.


Nunca mencionó nada más allá del momento en que estaban juntos, nada sobre el futuro, y ella todavía estaba rota. Pedro se merecía algo mejor, necesitaba más de lo que podía dar.


Había visto al colega de Devi, el Dr. Miller, como un paciente una vez a la semana durante las últimas dos semanas y había visitado a Devi y su familia informalmente como un amigo varias veces. Ella se daba cuenta de cuánto le habían lavado el cerebro en su crianza y su matrimonio. 


Incluso después de que había dejado su hogar de acogida y su matrimonio con Ravi, que la programación nunca había salido de su cerebro. Tomó un esfuerzo consciente cada día para reprogramar su pensamiento, al darse cuenta de que ella era una mujer fuerte, merecía mucho más. No iba a suceder durante la noche, pero a Paula le gustaba pensar que había hecho un pequeño progreso.


Después de actualizar su sitio web y la publicación de su nuevo número de teléfono, había recibido un montón de llamadas para nuevos empleos, la gran mayoría de ellos en la Florida. No hay duda de que tenía algo que ver con la noticia de su ser la hermana de Mauro y Magda, pero su calendario estaba reservado, y ella había aceptado todos los puestos de trabajo en la Florida. Ahora que tenía los fondos, quería conseguir un lugar para plantar sus pies, recoger las cosas y dejar de correr.


Su alma fue destrozada por completo, y alejárse de Pedro iba a ser la cosa más difícil que había tenido que hacer, probablemente lo más difícil que alguna vez tendría que hacer, pero sabía que tenía que hacerlo. Tal vez algún día los pedazos de su alma poco a poco volverían a caer en su lugar y convertirse de nuevo. En este momento, las piezas eran tan pequeñas que no podía ver una sola partícula de ella. Sólo había un vacío negro que ya se cierne sobre ella, y ella ni siquiera se había ido de la casa de Pedro todavía.


-¿Qué estás haciendo? - Una suave voz de barítono le preguntó desde la puerta.


Paula se dio la vuelta, con el corazón saltando a la garganta cuando vio a Pedro, con una cadera apoyada contra la puerta, con los brazos cruzados, y una mirada de asombro en su rostro. Lo único que llevaba era un par de jeans que se montaron bajo sus caderas, dejando su increíble pecho desnudo. Parecía recién duchado, con el pelo mojado y atractivamente revuelto. 


-Nada... Estaba juntando mis cosas. Ya he terminado con tu casa. No hay paredes que queden para que pinte.-Ella apartó la mirada, incapaz de ver que se mueva a través del cuarto, sin querer arrojarse en sus brazos .


- Así que sólo estás pensando en irte. ¿Así? ¿Por qué? - Se preguntó, sus brazos rodeandole su cintura cuando se detuvo detrás de ella.


Porque Te amo, tanto que no puedo soportarlo.


Porque tengo miedo si no me voy ahora, voy a perder la pizca de dignidad que me queda después de mi pasado.


Porque necesito que me ames.


Paula se alejó de él, en dirección a la puerta. 


-Iba a hacer algo para desayunar- ella le dijo casualmente, ignorando su pregunta.


Pedro la atrapó cuando llegó a la puerta. En contra de su voluntad contra la pared, la inmovilizó allí con su cuerpo. 


-¿Por qué?- Gruñó con rabia.-¿Esto es por la infertilidad? Maldición... habla conmigo. Te voy a decir un secreto: nunca he estado seguro de que quería un hijo propio. Mi padre era jodidamente loco y mi reserva genética...Tan sólo pudiera fácilmente adoptar. Tener un hijo con mi ADN no es tan importante para mí. Diablos, nunca he pensado que realmente quisiera tener un niño, sin embargo. Dudo que incluso ser un buen padre.


Paula se congeló, aturdida. Su mirada plana por la feroz expresión de Pedrocon los ojos brillantes de fuego azul .No cambió nada, pero su vehemencia la sorprendió. Ella sabía que quería decir lo que dijo, que no necesitaba a un niño con su propio ADN, pero aún así la sorprendió. 


-Pedro... no estoy más indefensa. Y ya tengo plata. Puedo sobrevivir bien.


Él entrelazó sus dedos con los de ella y levantó las manos sobre su cabeza, presionando con fuerza su cuerpo en el de ella. Paula podía sentir su esfuerzo en contra de la dura longitud del dril de algodón de los vaqueros, ya que se puso en contacto con su pelvis. La idea de tenerlo dentro de ella la hizo tragar un gemido. La mantuvo cautiva por completo cuando su lengua se arrastró con vehemencia por la sensible piel de su cuello, pellizcando y acariciando su lóbulo de la oreja. 


-No quiero que estés en la quiebra o indefensa-  dijo entre dientes con dureza, su aliento caliente flotando por encima de su oreja, haciéndola temblar de deseo.-Sólo quiero que seas mía.


El cuerpo de Paula se derritió contra él, porque quería ser suya. Dios mío, no tenía defensas cuando se trataba de este hombre. Hizo que su cuerpo sienta exquisitos placeres que nunca había experimentado antes, y ella quería más avidez. Su cabeza cayó hacia atrás contra la pared, dándole libre acceso a todo lo que quisiera.


-Pedro - gimió ella, incapaz de pensar, incapaz de hacer nada excepto sentir.


-Eso es, bebé. Gime mi nombre. Recuerda cómo te sientes al venirte para mí - dijo Pedro con fuerza, enroscando los dedos en ella, de la camisa y trabajando el botón y la cremallera de sus pantalones vaqueros.-¡Mierda! No saldrás de mí. Jamás. ¿Estás tratando de matarme, Paula? Porque me matarás si te vas. Voy a estar tan condenadamente vacío que no me va a importa nada más.


Paula gimió cuando Pedro Le saco sus pantalones vaqueros y las bragas de las piernas y en seguida bajó las suyas, lo que deja su dura longitud a la vista. 


-No me jodas, Pedro. Te necesito - Paula necesitaba sentirlo dentro de ella en este momento.


Sólo una vez más. Lo necesito.


Llegó a sus muslos, sus dedos ásperos, avanzando a través de sus pliegues, su carne húmeda dándole a él facilidad. 


-Dime que no te irás - insistió, pellizcando su clítoris lo suficientemente fuerte como para enviar ondas de placer por todo su cuerpo. -Dime que me necesitas tanto como yo te necesito.


-No puedo. Tengo que irme. Esto es tan bueno. Pero tenemos que tener más que esto. Es confuso - Paula jadeó, sus brazos alrededor del cuello de Pedrotirando de su carne, tan juntos como sea posible, el conocimiento de que ella nunca este con él de nuevo hacia su deseo mucho más urgente. Su cuerpo fue preparado para él, necesitado.


Pedro acarició la sensible piel y sin su habitual delicadeza. Paula nunca lo había visto tan crudo e intenso. Por lo general se tomó su tiempo, avivó las llamas de su pasión hasta que estuvo sin sentido. Pero ahora, ella estaba ya sin funcionamiento de las células cerebrales, y ella estaba operando con el instinto primario, en respuesta a la necesidad de base de Pedro.


Desesperada, deslizó sus piernas alrededor de su cintura, pero sólo lo hizo más fácil para que él la torturara. Ella estaba abierta a él, y él se aprovechó de ella, moviendo sus dedos dentro y fuera de su vagina, abrasando su grueso clítoris.


-Dime - dijo con voz entrecortada, insistente.


Su contundencia fue en aumento gradual de su deseo a nuevas alturas. Pedro siempre había tenido más que su parte justa de testosterona, pero ahora era como un macho alfa completamente desatado. Pedro no iba a hacerle daño, pero esto era carnal y erótico, una nueva dimensión de su vida sexual que tuvo su querer aún más.


-No - exclamó, desafiándolo a propósito, a pesar de que sabía que todavía no podía decir que sí a quedarse con él.


-Esto es una advertencia, corazón. A veces me gusta a la intemperie y estás empujando mis botones - Su voz era un aviso bajo, gutural.


-Bueno - ella respondió, clavando las uñas en la espalda y flexionando las caderas contra su mano entre sus piernas.-Estoy asustada. Dame duro. Quiero que….


-Dime que te quedarás conmigo.- Él pellizcó su clítoris entre el pulgar y el índice, variando la presión sobre el haz palpitante de nervios, acariciándolo como un mini pene -Has sido mía desde el momento en que te vi. Hazlo oficial. Dime que me necesitas tanto como yo jodidamente te necesito.


-Oh, Dios - Paula gimió, bajando la boca hacia el hombro de Pedro y pellizcando su piel.- Sí- susurró dolorosamente. Era un murmullo de placer y no una afirmativa respuesta a la demanda de Pedro.


-Lo suficientemente bueno para mí - Pedro respondió bruscamente, dándole la presión que necesitaba, la caricia áspera que envió a su cadera sobre el borde.


Su boca tomó la de ella mientras la acercaba a sus brazos, tragando sus gritos de éxtasis, llevándolos a su propio cuerpo como si fuera suyo. Su lengua conquistando y devorando su boca mientras ella se estremecía en sus brazos.


Pedro le puso las manos debajo de su culo, posicionándose, y se sumergió profundamente en su interior. Tirando de los labios de los de ella, gimió - Abrázame, Paula. Llévame.


La tenía contra la pared, y su pene empezó a diseñar en ella con trazos volátiles. Paula apretó los puños en su pelo y montó las oleadas de placer que cursan a través de su cuerpo. Ella estaba fijada a la pared, su pene golpeando en su vagina tan rápido que podía apenas respirar. 


Fue un acoplamiento elemental y primitivo, una feroz unión de sus cuerpos que tenía su cuerpo en implosión y temblando de desesperada necesidad. 


-Sí, sí, sí- ella cantó con cada invasión magistral
de su pene, sintiendo que lo reclamaba. Esto era lo que quería, lo que necesitaba. Curiosamente, en esta posesión salvaje de ella, él estaba libre. 


Su salvaje deseo por ella la hacía sentirse querida, necesitada y era como un potente afrodisíaco para ella.


Audaz y de gran alcance, Pedro latía con su fuerza, gimiendo mientras Paula comenzó a convulsionar a su alrededor. Sin descanso, mantuvo el bombeo de sus caderas, dibujo el placer de un crescendo violento.


-Santo maldito!- Pedro dio un paso atrás, dejándose caer en la cama con Paula encima de él. Recuperaron el aliento en silencio, sólo el sonido de sus pantalones y jadeos llenaron la habitación durante varios minutos, antes de que él levantó la cabeza y la miró a los ojos. -Dime que vamos de la mano. Quiero escucharte decir que si crees que es… .


Paula casi se ahoga en sus ojos azules líquidos, incapaz de mentir. -No te lo puedo decir.


Honestamente, no sabía a ciencia cierta que pertenecía a Pedropero no estaba segura de sus sentimientos y confundida acerca de ella. ¿Era el sexo increíble que le hizo creer que ella realmente lo amaba?. Fue esto un loco amor nacido de la lujuria? Ella nunca había conocido el amor, y si el amor que sentía por Pedro era real? Y era de un solo lado? .Estaría destinada a estrellarse y arder cuando el resplandor del sexo se disipó.


-Entonces, ¿No puedes siquiera pensar en salir conmigo? - Preguntó Pedro guturalmente.


Desconectarse de Pedro, Paula se deslizó a su lado. 


-Nunca me pediste que me quedase - murmuró en voz baja. Y nunca ha dicho cuánto tiempo me querías aquí, o que me amabas.


Pedro se quitó los pantalones vaqueros y rodó, sujetándola por debajo de él. 


-Entonces te lo estoy pidiendo. Yo te lo pido en este momento. Quedate ahora porque quieres, no porque tienes que hacerlo. Sé que tienes los recursos para salir, pero permanece aquí de todos modos, porque es lo que quieres.




CAPITULO 25 (CUARTA HISTORIA)




Mia regresó momentos después, seguida de una mujer india. La mujer estaba vestida con ocasional elegancia con un traje pantalón de moda de colores apagados, el cabello recogido en un nudo flojo en la parte superior de su cabeza. Su edad era difícil de juzgar, pero Paula pudo ver algunas canas que asomaban.


Se detuvo delante de Paula, su sonrisa era cálida y reconfortante. "Namaste", Paula le dio la bienvenida en voz baja en hindi, lengua nacional de India. No estaba segura exactamente qué decirle a la mujer, y no está segura de si o no habló telugu.


La sonrisa más amplia, se hizo eco de la mujer - Namaste - Hizo una breve pausa antes de continuar en inglés.-Te ves muy parecida a Navin y eres tan hermosa como Alicia..- Ella tomó suavemente la mejilla de Paula antes de dejar caer su mano y añadiendo - Sabía que crecerías hermosa, incluso cuando eras un bebé. Robaste el corazón de todos.


-¿Cumplimos? - Paula preguntó con curiosidad.


-Sí. Pero no me lo recuerdes. Aún eras un bebé. -El ingles de la mujer era ligeramente acentuado, pero perfecto.


-Así que realmente conocía a mi padre - Paula dijo en voz baja, y le ofrecio a la mujer mayor un
asiento y se sento en una silla frente a ella.


-Sí. ¿Puedo hablar en frente de tus amigos? - La mujer miró a Magda, Karen, y Mia.


Paula asintió y se dirigió a su hermana,su cuñada, y Karen, explicando que el marido de Mia, Mauro, y Magda eran también hijos de Alicia.


-Es maravilloso conocerlos a todos. Soy Devi Robinson.- En cuanto a Magda, agregó -He oído hablar de usted, Dra. Hudson, y el maravilloso
trabajo que hace con su clínica. 


Magda asintió su agradecimiento y respondió: -He oído hablar de usted, también. Eres una psiquiatra. Una muy buena. He leído un montón de sus casos y artículos.


-Soy un médico de psiquiatría, un sueño que nunca habría ocurrido si no hubiera sido por el padre de Paula - admitió en voz calma. 


-¿Cuánto sabes del trabajo de tu padre para ayudar a estudiantes del sexo femenino de la India, Paula?


Asombrada, Paula la miró boquiabierta. 


-Fue un ingeniero - ella contestó, desconcertada por las palabras de la mujer.


Devi asintió. 


-Él era. Pero también era un activista por los derechos de las mujeres indias. Y tu madre le apoyó en la causa . Ellos nunca formaron una organización oficial, sino que ayudaron a una gran cantidad de estudiantes de sexo femenino aquí en los Estados Unidos, incluida yo misma. Navin Paritala fue uno de los mejores hombres que he conocido. Se dio muy desinteresadamente a las mujeres indias aquí en varias circunstancias malas. Su única petición era que todos algún día demos el dinero a su hija para su educación cuando llegara el momento - La mujer revolvió en su bolso,
sacando un sobre con un contenido - Ninguno de nosotros te pudo localizar. Nos llevaron a una familia de acogida muy rápidamente después de que tus padres murieron, y no se nos permitió saber dónde estabas. Todos nosotros nos hemos visto durante años, pero no se han podido localizar. Cuando vi el artículo sobre tu medio hermana, la Dra. Hudson y el señor Hamilton, te tenía que encontrar. Le debemos esto.-Devi entregó a Paula el sobre con una sonrisa. - Había diez de nosotros, y todos nos
mantenemos en contacto. Se ha convertido en una suma sustancial.


Paula Miró el sobre y lo abrió con dedos temblorosos. El cheque de la orilla era de más de doscientos mil dólares. Su cabeza empezó a dar vueltas y su corazón latía con fuerza. 


-Esto no es mío - negó ella, tratando de entregar el cheque a Devi.


La mujer empujó la mano de Paula, se nego a agarrar el cheque. 


-Pertenecía a tu padre y madre. Él nos ayudó a todos económicamente cuando estábamos en problemas. El dinero ahora te pertenece. Honestamente, todos nosotros estamos aliviados, por fin podemos pagar el endeudamiento. Tu padre nos dio nuestra libertad. Eso es mucho más valioso que el dinero. Cuando todos terminaron la escuela, todos ponemos el dinero en una cuenta conjunta para ti. Ha estado ahí desde hace muchos años. Ninguno de nosotros necesita el dinero, Paula. Y te pertenece.


-¿El padre de Paula y mi madre la ayudaron a usted, doctora Robinson? Si no importa que le pregunte? - Preguntó en voz baja Magda.


-No me molesta en absoluto - dijo Devi, con una amplia sonrisa - Me enamoré de un hombre americano, y mis padres se enteraron. Me amenazaron con retirarme de la escuela aquí y traerme de vuelta a la India para casarme con alguien de nuestra casta, un hombre mayor que yo sé que es cruel. Navin y Alicia pagaron mis cuotas escolares y ayudaron a que me quede aquí. Dennis y yo nos hemos casado y tenemos dos hijos maravillosos, una hija y un hijo, una mezcla de indio americano al igual que Paula . Dennis es un arquitecto.


-¿Es difícil para sus hijos, la mezcla? - Paula preguntó con voz trémula, curiosidad por otros como ella.


-No - Devi respondió con cariño.-Les enseño las cosas buenas de mi país, pero son en última instancia, muy progresistas estadounidenses. Ambos tienen planes de ir a la escuela de medicina- terminó con orgullo - Dime cómo te criaste después de que te perdimos, Paula . ¿Fuiste a la universidad ? ¿Qué haces?


Las lágrimas llenaron los ojos de Paula mientras miraba a Devi, ahora sabiendo que su padre no estarían muy orgullosos de ella. Ella trató de hablar, pero no pudo.


Magda, Mia, y Kara dijeron a Devi sobre la educación de Paula y su matrimonio arreglado .


-Oh, Paula! - Exclamó Devi, con los ojos llenos de lágrimas.-Lo siento mucho. Eso no es en absoluto lo que tu madre y tu padre hubieran
querido. Parece tan injusto que terminó siendo tratada de esa manera después de que tu propio padre nos dio nuestra libertad.-La voz de Devi estaba angustiada, y ella cayó de rodillas al lado de Paula y la tomó en un abrazo.-Gracias a Dios que eres todavía muy joven y que rompió sus lazos. Puedes encontrar tu propio camino con el dinero que hemos sido capaces de pagar.


Paula cautelosa abrazó a la mujer de vuelta, preguntando en voz baja - ¿Qué te parece que mi padre hubiera querido para mí?


Devi libero lentamente a Paula y regresó a su asiento cuando dijo rotundamente - os habría querido que persigas el sueño de tu corazón, sea el que sea. El quería tu felicidad.-Miró a Magda, y añadió - Él sabía que tu madre tuvo otros dos hijos de su primer matrimonio, que tuvo que darse por vencida. Navin y Alicia se parecían tanto a usted y el Sr. Hamilton, pero nunca fueron capaces de descubrir dónde estaban. No creo que querían llevarlos lejos de sus padres adoptivos, pero quería saber que estabas bien. Ellos nunca fueron capaces de encontrar sus registros u obtener cualquier información sobre ustedes.


-Sobrevivimos. Y todos finalmente nos encontramos el uno al otro - Magda respondió con una sonrisa, sonando como que era todo lo que quería decir la mujer mayor - Así que nuestra madre finalmente encontró una vida feliz con el padre de Paula?


Devi asintió. -Para el momento que tuvieron juntos... sí. Navin y Alicia se amaban mucho. Creo que el amor de Navin cambió a tu madre bastante profundamente. Recuerdo que Alicia me decía que no le gustaba la mujer que había sido antes, y Navin fue su tercer matrimonio. No creo que alguna vez quiso darte y a Mauro, pero ella pensó que tendrían una vida mejor sin ella. Dijo que ni siquiera podía permitirse el lujo de alimentar a Mauro. Espero que puedas perdonarla, Dra. Hudson. Al final, ella era una buena mujer que ayudó a su marido a lucha para las mujeres en las malas circunstancias. El amor de un hombre bueno puede cambiar a una mujer, y creo que en el caso de tu madre, es exactamente lo que sucedió .


-No estoy segura de que ella estaba siempre mal - dijo Magda con tristeza.-Sólo oprimida. Ella y mi padre eran pobres, y creo que hizo lo que necesitaba para sobrevivir cuando mi padre murió. No sé mucho acerca de su segundo matrimonio, pero yo estoy suponiendo que tampoco era muy buena. Me alegro de que tuvo suerte por tercera vez, y estoy contenta de haber encontrado a una hermana en la oferta - dijo Magda con una suave sonrisa en Paula .


-Mi padre y mi madre no estarían orgullosos de mí - Paula susurró a sí misma. Descubrir que su padre había sido tan progresista, tan firme sobre las mujeres que son tratadas por igual, dejo caer su estómago en consternación por la comprensión de que ella le había fallado. ¿Qué habría pensado en su pasado, del abuso que había soportado de Ravi, del tratamiento que había soportado como lo que pensaba que merecía tanto de sus padres adoptivos y su ex marido? Se habría sido tan decepcionado de ella.


-Hubiera estado muy orgulloso - Devi respondió con severidad, después de haber oído el comentario en voz baja de Paula.-Has sobrevivido, incluso en circunstancias muy malas. Sé que Navin estaría triste por no haber estado allí para ti, pero él habría estado orgulloso de que te separaste y sobreviviste.


-No estoy segura de lo que soy- Paula respondió con seriedad, mirando a Devi directamente a los
ojos - Me criaron india muy convencional, sin
embargo, yo nací en los Estados Unidos, con una madre americana y padre indio progresista. Soy Americana, sin embargo, no me siento que lo sea.


-Vas a encontrar tu camino. Yo te ayudaré - dijo en voz baja Devi, sacando una tarjeta de su negocio del bolso y se la entregó a Paula .-Si no puedes hablar conmigo de eso, puedes hablar con mi colega. Es más joven, pero es un americano con sangre india como tú. Podría ser más fácil para que puedas hablar con alguien que nunca conoció a tu padre. Siento haber interrumpido su Acción de Gracias, pero no podía esperar más para verte y pagarte. Tengo que volver a casa. Mi marido está cocinando nuestra cena de Acción de Gracias.


-Otro hombre en la cocina- Paula entre dientes.
Devi se rió suavemente - Sí. Y mi hijo le está ayudando .


Paula sacudió la cabeza.-¿Cómo se acostumbra a ello? Usted se crió en la India.


-Un poco a la vez - Devi respondió, divertida - Es muy fácil acostumbrarse a la vez que has tenido la oportunidad de ser un socio igual, pero se necesita tiempo para sentirse realmente como tal. Date tiempo, Paula


Paula se puso de pie, dándose cuenta de que en algún momento todos los hombres se les había unido. Después de que todos ellos se presentaron rápidamente, Mauro y Magda encaminaron a Devi hacia la puerta, haciendo algunas preguntas finales acerca de su madre. Paula comenzó a seguirla, pero se detuvo en seco por Pedro, el brazo apretado alrededor de su cintura.


-¿Estás bien? - Preguntó con brusquedad.


¿Estaba bien? Le va a tomar un tiempo procesar todo lo que acababa de aprender. Ella levantó el cheque que había recibido de Devi. 


-No, tengo dinero - respondió rotundamente, no es capaz de creer que los fondos realmente pertenecían a ella.


-He oído. Todos tratamos de darte privacidad, pero oímos el timbre de la puerta de la cocina y espiamos bastante descaradamente - dijo Pedro sin rodeos.


-Mis padres me querían, Pedro. Se preocupaban -ella respondió entre lágrimas. Dios, era lo más sorprendente de toda la tarde - Mi padre era un
progresista. En realidad ayudó a las mujeres indias en problemas. El fue un buen hombre.


-Lo sé, cariño. ¿No sabes ya que era un buen hombre? - Pedro dijo con voz ronca, tirando a Paula contra su pecho y cerrando su abrazo.


Si era sincera consigo misma, Paula había asumido que era probablemente de poca importancia para ella, ya que era una niña, y que su padre era como los otros hombres indios en su vida.


Su padre había hecho su misión para ver las mujeres tratadas bien por igual, incluso, y él tenía los valores liberales. Él... ... un hombre indio había ayudado a las mujeres con problemas para que pudieran seguir sus sueños. Ella sacudió la cabeza contra el pecho de Pedro


-Así no. Nunca imaginé que fuera tan
bueno.


Karen, Simon, Samuel, Teo, y Mia miraban, Paula cuando apoyó la cabeza en el pecho de Pedro y lloró.