demás estaban sentados en su sala de estar el día de Acción. Él era el anfitrión en su casa. Las mujeres los habían expulsado de la cocina hoy y les habian dado el deber de limpieza, y Mauro, Samuel, Simon, y Teo lo miraron, perplejos.
-¿Por qué? - Preguntó con curiosidad Mauro, tomando un trago de la cerveza que tenía en la mano y dándole Pedro una mirada confusa. -Pensé que no tenía nada que ver con ninguno de ellos nunca más.
Pedro se estremeció, las emociones le estaban tratando de hacer fracasar latiendo en él, para que vengan a la superficie. En pocas palabras, trató de explicar algunos de los abusos que Paula había sufrido, los hombres sentados alrededor de él escucharon atentamente. Pedro tomó un largo trago de su
cerveza antes de terminar - He visto las cicatrices en su cuerpo , y recuerdo que el médico mencionó que vio lo que parecían viejas fracturas de costillas en su pecho de rayos X cuando ella tenía neumonía. No pensé nada de él en ese momento, pensando que tal vez ella había tenido un accidente y que había sanado. Pero ahora, estoy pensando que no fueron causados por un maldito accidente - Sólo de pensar en el ex marido de Paula la golpeara con
fuerza suficiente para romperle las costillas y dejando algunas de las cicatrices que había visto en su magnífico cuerpo le hizo apretar el puño alrededor de la botella de cerveza en la mano. Por un momento, se preguntó si podría romperse.
- Yo te ayudaré - Mauro respondió peligrosamente.-Y yo ni siquiera voy a preguntar cómo le viste cicatrices en su cuerpo.
-Hay que matar al hijo de puta - gruñó Simon.
-Estoy dentro - dijo Samuel, su voz baja y amenazante.
-No pasará - Teo contradijo casualmente.
Cuatro pares de ojos masculinos de enojo desplazado en su dirección.
-Que diablos? Yo habría pensado que serías el último en tener ningún reparo en esto! - Pedro dio vacío su cerveza y la dejo en la mesa de café, sin importarle si deja una marca.
Teo se encogió de hombros, mirando relajado y en completo control de sí mismo sentado en el
sillón reclinable de Pedro.
-Yo no. Merece morir por lo que le hizo a Paula. Pero no lo estás haciendo por Paula; lo estás haciendo por ti mismo. Por supuesto, yo no la conozco bien, pero ella no parece ser el tipo de mujer que quiere a tu hermano, cuñado, y sus amigos para ir a la cárcel por asesinato.-Teo dejó escapar un masculino suspiro.-Él puede ser destruido de otras formas, pagar por lo que le ha hecho a ella.
Matar. Matar. Matar.
Pedro no estaba seguro que sería capaz de aplacar su locura de protección, excepto la muerte del hombre que la había golpeado a Paula casi hasta la muerte... más de una vez.
Hundiendo la cabeza entre las manos, se quejó-No creo que pueda estar satisfecho con cualquier otra cosa. El simple hecho de que él la golpeara a ella, probablemente cerca de la muerte me hace poner loco.
-Yo tampoco - Mauro con voz áspera.
-Él tiene que ser borrado de la tierra - comentó Simon con brusquedad.
-De acuerdo - Samuel hizo eco rotundamente.
-Por el amor de Cristo... Estoy rodeado de algunos de los más brillantes, los hombres más ricos de América, y todo lo que está haciendo es actuar como idiotas. Pongan sus emociones a un lado y piensen con la cabeza - dijo Teo con dureza.-Todos ustedes tienen mucho que perder para hacer una cosa así. Tienen niños o niños en camino, las mujeres que les interesan.
-No puedo dejarlo - respondió Pedro, su voz hostil.- Sí, estoy pensando en Paula, pero él podría matar a la próxima mujer que se involucre con él.
Un estruendo de acuerdo resonó en la habitación.
-No estoy sugiriendo que lo dejes. Estoy sugiriendo que puedes poner tus emociones a un lado y usar la cabeza - arrastrando las palabras Teo. -Lo último que Paula necesita
es más caos y culpa en su vida.
Una punzada de remordimiento apuñaló en la conciencia de Pedro. Él sabía que Teo estaba en lo cierto, pero él no era capaz de controlar su necesidad de buscar algún tipo de justicia para Paula, uno que involucró un dolor intenso y sufrimiento a su ex marido.
Sólo habían pasado unos días desde que Paula le había dado su cuerpo por primera vez y sacudió su mundo, pero había recuperado el tiempo perdido en cada oportunidad que tenían.
No podía pensar en no tocarla cuando estaba cerca de él. De hecho, el impulso de levantarse e ir a la cocina sólo para verla, asegurarse de que estaba bien, era casi irresistible.
-Me imagino que tienes un plan - dijo Mauro lentamente, mirando a Teo.
Teo lanzó una mirada de superioridad hacia atrás de Mauro.
-Yo por lo general hago - respondió con arrogancia - Sucede que utilizo la cabeza por encima de la cintura cuando se trata de las mujeres, a diferencia del resto de ustedes.
-No siempre - Pedro le recordó con vehemencia. -No cuando se trata de Mia.
Aparte de Teo, solamente Mauro entendería su declaración porque era el único que sabía que Teo estaba más que dispuesto a matar cuando se trata de la seguridad de Mia.
-Desafortunado accidente - Teo respondió con indiferencia - Y la seguridad de Mia estaba en
peligro.
Simon y Samuel miraron, confundidos, pero no hicieron ningún comentario.
Desafortunado accidente, mi culo. Pedro no tenía ninguna duda de que Teo sabía exactamente lo que estaba haciendo cuando el hombre que acecho a Mia tenía su "lamentable accidente " que lo dejó convenientemente muerto, ya no molestara a su hermana nunca más.
-Estoy escuchando. Pero no hay garantía de que todavía no va a matar el bastardo - Pedro dijo bruscamente, sus entrañas todavía diciéndole que necesitaban hacer daño a la persona que había herido Paula .
Mauro se cruzó de brazos y perforó a Teo con una mirada terca.
-Vamos a oírlo.
Samuel y Simon se quejaron, pero acordaron escuchar a Teo.
Con una sonrisa de satisfacción, Teo comenzó a hablar.
****
-¿Por qué alguien quiere hablar conmigo? - Murmuró al bebé dormido como si el bebé podría responderle - Ni siquiera conozco a nadie aquí.
Alejándose de la puerta, se volvió para entrar en la sala, donde las mujeres estaban tomando asiento, mientras que los chicos estaban con la limpieza del servicio después de que todos habían consentido con avidez en la cena de Acción de Gracias. Luchando contra el instinto de ir a la cocina y ayudar porque todavía estaba incómoda con la idea de los hombres en la cocina, le entregó a regañadientes al bebé Gimena de nuevo a Karen con el ceño fruncido.
-Una señora quiere hablar conmigo. Un médico. Un agente de seguridad de Pedro dijo que comprobó su ID y ella es legítima. Al parecer, ella sabía de mi padre y me quiere dar algo que le pertenecía.
-¿Qué vas a hacer? - Preguntó Mia.
Paula se encogió de hombros con nerviosismo.
-Le dije que la dejara venir a la casa. Está sola. No puedo dejarla ir si ella está reclamando conocer a mi verdadero padre. Sé tan poco de él. Si ella lo sabe, ella puede completar algunos datos, decirme más sobre él y tal vez mi madre.
-Ella podría ser un reportero disfrazado - Magda replicó, su voz sonaba disgustado.
-O simplemente curioso. No había suficiente cobertura en los trapos de chismes acerca de su descubrimiento - Karen murmuró mientras vuelvia a colocar a Gimena de vuelta en su regazo.
Sonó el timbre de la puerta, y Paula retrocedió con nerviosismo. La mujer había conocido realmente su verdadero padre? Y si ella había conocido a su padre, ella probablemente sabía de su madre, también. ¿Por qué, después de todos estos años, iba a venir aquí?
-Voy a hacerlo - dijo Mia a toda prisa y se levantó de su asiento en el sofá a correr hacia la puerta.
Paula sabía que podía haber respondido a la puerta misma, pero la confusión mantuvo sus pies plantados en la alfombra, las otras tres mujeres mirándola con ansiedad.
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