martes, 14 de agosto de 2018

CAPITULO 28 (QUINTA HISTORIA)



Su mirada depredadora la ponía aún más roja. 


Mierda, ella no se había sonrojado como ahora desde que estaba en la escuela secundaria. Pedro le había mostrado la otra cara de sí mismo, y le gustó, le gustó en este momento. 


Pero su mirada salvaje la puso nerviosa de manera que la hizo tocarlo casi jadeante.
-Estás magullado y todavía puedes pensar en eso?


-Paula, tendría que estar muerto para no querer que me toques - Pedro contestó con gravedad.


Paula se estremeció, su núcleo se inundó con el calor, sus pezones se pusieron tan duros como los guijarros por la intensidad de su mirada. El problema era que se sentía exactamente de la misma manera. Ella apartó la mirada, incapaz de soportar el calor en sus ojos. Un segundo más, y ella estaría rogándole que toque.


-No tocar - le dijo ella mucho más firmemente de lo que ella se sentía en ese momento. -Es necesario para sanar.- Paula se levantó y puso la taza vacía en el fregadero, acunando el precioso regalo de Pedro en la mano.


-Tenía miedo de que dijeras eso - Pedro respondió con tristeza, llegando a poner su propia taza en el fregadero.


-Gracias por esto - Paula susurró, haciendo un gesto hacia el collar.-Es el regalo más increíble que he recibido. Significa mucho para mí.-No era el valor monetario, pero el significado del símbolo real, un signo de la creencia de Pedro en su escritura.


Paula vagó hacia la entrada de la cocina, para darse una ducha.


-Ally?- La voz de Pedro sonaba vacilante desde donde lo había dejado en el lavabo.


-¿Sí? - Ella giró la cabeza.


-Gracias por no traicionarme - dijo con voz ronca.


-No es necesario que me agradezcas, Pedro. Siempre has tenido mi lealtad.-Y él la tenía. Él podría enfurecerla, pero nunca hubo un momento en que había puesto en duda la integridad de Pedro o el amor por su familia.


Él asintió bruscamente y se alejó, dejando a Paula preguntándose lo que había sucedido entre ellos. Su relación había cambiado, preguntándose si era realmente posible para ella y Pedro se convierta en... amigos.


Pedro la derritió con una sola mirada, ella prendió fuego con su sensual voz y sus comentarios traviesos. Pero tenía que hacer caso omiso, esperar hasta que encontrara otro amor de interés. Siendo todo lo demás para Pedro, excepto su empleada y amiga, era peligroso. Ya había estado devastado cuando ella había pensado que había traicionado su confianza por conseguir su despedida de Sully, casi corriendo delante de un camión en movimiento porque estaba muy angustiada. 


Paula sólo podía imaginar lo mal que lo sería si realmente se permitía ser más íntima de lo que ya había estado con él. Pedro la dejó su primera vez, vulnerable, eufórica, pero aterrada. 


Acercarse demasiado a él sería un error, y no habría vuelta atrás una vez que si le permitía entrar. Su intensidad sería apoderarse de ella, y ella debía recoger los pedazos de la devastación después que el asunto hubiera terminado.


-No caigas en él, Paula. Mantenlo a distancia - se dijo con fuerza mientras subía las escaleras.


Su sentido de la autoconservación en su lugar, se fue a tomar una ducha, con la esperanza de que pudo mantener su resolución.




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