viernes, 10 de agosto de 2018

CAPITULO 15 (QUINTA HISTORIA)




Paula miró a Pedro, sin habla. Desde cuando él no tenía prisa? El hombre nunca desperdicia un solo momento, trabajando como un demonio en cada momento del día. Se dio la vuelta, un poco confundida, y entró en la cocina, sus tacones contra la madera pulida del suelo mientras descolgó dos tazas y sirvió el café que había hecho para elaborar con un temporizador la noche anterior. Le incorporó rápidamente crema para el café, dejó uno negro como a Pedro le gustaba, y se dirigió rápidamente a la sala de estar. Pedro estaba de espaldas a ella, mirando sus estanterías que cubrían toda una pared en su sala de estar. Había estado pensando en mover la mayoría de ellos en uno de los cuartos de repuesto para su uso como una biblioteca, pero no se había molestado. 


Estaría mudándose pronto de todos modos.


-Aquí tienes -  Paula le entregó su taza con cuidado.


Pedro se volvió hacia ella y levantó una ceja.


-Te das cuenta, Sra. Chaves, que en realidad me trajo mi café en la actualidad.


-No se acostumbre a ello - murmuró encima del borde de su taza de café antes de tomar un sorbo cuidadoso.


Pedro sonrió mientras decía - Tienes gustos eclécticos de lectura. Creo que tienes de todo, desde los clásicos hasta la ficción, hágalo usted
mismo.


Paula se encogió de hombros, incómoda. 


-Me gusta leer.


-¿Qué es esto?- Preguntó con curiosidad Pedro, sacando un manuscrito.


Dio un salto hacia delante, tratando de sacar las hojas encuadernadas de sus dedos. 


-No hay nada interesante," ella le dijo rotundamente.-Dámelo.


-Tiene tu nombre en él. Lo escribiste? - No había desprecio en su voz, única curiosidad, mientras
sostenía el manuscrito fuera de su alcance.


-Sí - Paula respondió con irritación.


Dejo su café abajo en uno de los estantes, hojeó las páginas. 


-Eres escritora?


-Soy una asistente y una secretaria. Y yo soy una camarera. La escritura era sólo un sueño.


-¿Por qué? - La mirada de Pedro estaba bloqueada con la de ella, sus ojos oscuros interrogando.


-Porque yo no era lo suficientemente buena para ser publicado. Tengo las cartas de rechazo para demostrarlo - respondió ella, molesta - Ricardo me dijo que dejara de soñar y trabajara más duro en algo que realmente me pague un salario. Y tenía razón. Estábamos apretados con el dinero. Necesitaba un trabajo extra en realidad


-¿Es esta una novela de fantasía? - Pedro interrumpió su concentración en el manuscrito.


-Sí- Paula admitió.- Fantasía, adulto joven. Es una serie. Nunca termine del todo el segundo libro -No es que ella no estaba con ganas de escribir la historia, pero no tuvo nunca un momento en el que tenía el tiempo para escribir. 


Algún día iba a terminar la serie, incluso si no podía lograr que se publicara.


- Me gustaría leerlo - dijo Pedro cuidadosamente, cerrando el manuscrito con cuidado y colocándolo al lado de su café - Así que básicamente el bastardo tomó todo de ti - Pedro declaró en voz baja, su voz baja y peligrosa.


-¿Qué quieres decir? - Preguntó a Paula, confundida.


Pedro se cruzó de brazos frente a ella y sus cejas fruncidas, mirando a Paula con una mirada oscura.


-Él te hizo salir de la escuela para que pudiera terminar la suya. Luego hizo que pierdas tu escritura para trabajar aún más horas en un bar maldito en un barrio de mierda. Él te avergonzó para que hagas exactamente lo que necesitaba. ¿Alguna vez a él le importó un comino lo que, lo que querías? Obviamente no, o no habría estado saltando en la cama de otra mujer.


Paula abrió la boca, con ganas de decirle que Ricardo no había saltado técnicamente en la cama de otra mujer. Él había usado la suya. 


Pero no estaba tan segura de que su ex esposo no había hecho un poco de salto, también.


-No todo era él - admitió a regañadientes. 


-Quería la seguridad, también. Ese era el plan. Finalmente tener una vida que no era un caos,
una vida en la que no tenía que preocuparme por pellizcar cada centavo que tenía .


-Y tu vida siempre fue tan caótica?- Preguntó Pedro mientras daba un paso hacia adelante, deteniéndose a pocos pasos de ella.


-Sí. Crecí con un padre, y él era alcohólico, estaba bebido más a menudo que estaba sobrio. Así que sí, que quería una vida normal.-El corazón de Paula estaba corriendo, y ella respiró hondo y soltó el aire. No era que ella no sabía que ella era un desastre codependiente
veces, pero no fue un tema que realmente quería hablar con alguien como Pedro. En realidad, ella realmente no lo discutió con nadie.


-Así que te has reventado el culo para hacer al tipo equivocado feliz, un hombre que no le importa una mierda lo que realmente te hace feliz - Pedro declaró rotundamente.-Por eso, cuando es tu turno, Sra. Chaves?"


-Voy a tener mi oportunidad en cuanto pueda arreglar todo - argumentó Paula.


-¿Podrías? Me pregunto? - Pedro dijo con voz ronca.


-No puedo cambiar el pasado. Sí... yo fui estúpida. Sí... que fui crédula. Tengo que aprender de mis errores y seguir adelante - dijo Paula vacilante.


-Eres muy organizadora de la pragmática en la superficie, pero dentro eres una soñadora - observó Pedro -Pero una cosa que no entiendo es por qué aguantaste su mierda durante tanto tiempo. No eres el tipo de mujer que aguanta la mierda de cualquier persona. Yo lo debería saber. Debe haber sido un infierno de un manipulador.


Paula se movió incómoda. 


-Era...- Ricardo no era abiertamente hostil o enojado. Paula podría haber tratado de que por él con un rodillazo en las bolas y alejarse. Pero él tenía una manera de hacer que se sienta culpable y responsable de todo, y él había jugado con sus vulnerabilidades -Él era muy bueno en eso.- Suspiró Paula.-Supongo que quería el sueño, y yo había planeado todo perfectamente. Simplemente no funcionó exactamente como lo había planeado -Ella había tratado con todo, Ricardo tiró de ella sólo por la posibilidad de que algún día ella podría tener una vida normal, haciendo excusas para él al igual que había excusas por su padre alcohólico durante toda su vida. Se dijo que la vida iba a mejorar, que Ricardo sería un hombre mejor una vez que no estaba bajo tanto estrés. No fue sino hasta el momento en que lo había visto cogerse otra mujer que se dio cuenta de que había sido que vivía una mentira. Siempre había sido un maldito. Al verlo con otra mujer finalmente la había sacudido a la realidad.


-Eres una mujer inteligente, lo suficientemente inteligente como para conseguir lo que quieras - dijo Pedro voz ronca, dando un paso lo suficientemente cerca como para meter un mechón de pelo detrás de la oreja. -¿Lo amaste?


Paula tenia la vista en Pedro, sus miradas juntas, y ella era incapaz de apartar la mirada. 


Su expresión era estoica, pero sus ojos se calentaron con una mirada fija que cautiva hizo que todo pensamiento excepto él volara de su cerebro.


-N-no creo que nunca lo conocí. Creo que me gustaba la idea de un plan y una vida normal. -Pedro estaba lo suficientemente cerca como para olerlo ahora, y Paula dio un paso atrás por su propia protección, su espalda golpeando la pared de la sala. Ya había hecho un culo de sí misma la noche anterior. Pedro era su jefe, el jefe multimillonario del infierno, y tenía que recordar exactamente quién era. Por alguna razón, ella tenía problemas de memoria cuando llegó tan cerca, cuando todo en su cuerpo se había recalentado y entrando en corto circuito.


Pedro se movió hacia adelante y apoyó una mano en la pared al lado de su cabeza, el dedo índice de la otra mano se mueve en un patrón de la oreja a la mejilla.


-Pregúntame si quieres que te bese de nuevo, Paula - exigió, su dedo trazando sus labios.




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