miércoles, 29 de agosto de 2018

CAPITULO 16 (SEXTA HISTORIA)




Pedro recogió las llaves de su coche alquilado con un peso en el corazón. 


«Así que Paula va a terminar odiándome. Bueno, con ella ya somos dos personas las que me odiamos en esta casa, porque ahora mismo yo también me detesto».


«De acuerdo, no he mentido exactamente», pensó Pedro. Sólo había dejado que Paula creyera que él no estaba siendo coherente cuando se casaron, aceptando lo que ella dio por supuesto. 


«Joder, Paula se ha enfadado bastante
porque la he obligado a quedarse». No podía imaginar su furia cuando descubriera que no sólo estaba completamente sobrio, sino que había orquestado todo el asunto desde el principio, que había hecho que el matrimonio se celebrase.


Pedro tuvo que recordarse que ella había mentido y que no era la mujer que él pensaba que era. Eso y el hecho de que si no hacía algo ahora, sería una desdichada con un perdedor durante el resto de su vida, fue lo que lo convirtió en alguien capaz de ser un cabrón sin corazón.


Y, sin embargo, a través del enfado, Pedro pudo ver la decepción de Paula.


Eso lo mataba.


Se llevó la mano a la mejilla, aún ardiente y enrojecida, y sonrió. El dolor le recordó que Paula podía sostenerse por sí misma cuando estaba furiosa.


Podía lidiar con eso. Era mucho mejor que la mirada desilusionada que le había visto lanzarle, una mirada que decía que ya no confiaba en él.


Pedro intentó no permitir que aquella mirada lo atormentara cuando salió por la puerta y la cerró con llave tras de sí.



No hay comentarios:

Publicar un comentario