domingo, 12 de agosto de 2018
CAPITULO 23 (QUINTA HISTORIA)
Pedro cerró la puerta detrás de ellos, agarrando su bolso y los suministros médicos y regresó a la sala de estar.
-¿Por qué sigues aquí?- La voz hueca de Paula llegó desde la parte inferior de la escalera.
-Estás herida. No me voy a ir. Una vez que esas quemaduras empiezan a doler, es posible que
necesites ayuda - Él le lanzó una mirada
obstinada, una advertencia de que no iba a ir a ninguna parte.
-Sin ofender, pero te ves peor que yo - respondió ella de manera casual, viniendo el resto del camino hasta la sala, vestida con una túnica gruesa, verde que la cubría desde el cuello hasta los tobillos.
Ella se había duchado, con el cabello húmedo empezando a enrollarse en los extremos.
-Es sólo mi cara, y es superficial - dijo, descartando su comentario.
Pedro la observó mientras se sentaba con una mueca de dolor, se enrosca las piernas debajo de ella en un sillón reclinable. Él dejó caer su bolsa de viaje y se llevó el saco que Kevin le había traído a la cocina, revolviendo a través de él para buscar el ibuprofeno.
Después de la agitarlos unos pocos en su palma, agarró una lata de refresco de la nevera y los trajo dándoselos a Paula.
-Toma estos- dijo, dándole la lata y colocando el medicamento en su mano abierta.
-Estoy raspada, Pedro. Puedes irte ahora - ella le dijo con firmeza después de que ella se había
tragado las pastillas - Estoy agradecida por lo que hiciste hoy. El conductor del camión dijo que
probablemente me habría golpeado si no lo hubieras impedido. Así que gracias por salvarme de eso. Pero yo preferiría que te vayas.
Pedro se sacaba la chaqueta de su traje en ruinas y se enrolla las mangas de la camisa, tomando asiento en el sofá de Paula.
-No fue mi intención hacerte daño, Paula. Y no me voy a ir.
Paula resopló débilmente.
-¿Qué va a hacer, señor Alfonso? Me esposara a mi escritorio?
La pija de Pedro se movió por ese comentario, pero lo ignoró.
-No.
-Puesto que ya me has hecho perder un trabajo que necesitaba, no pondría mis pies en la oficina de nuevo.- Paula suspiró profundamente.-No puedo trabajar más para ti porque…
-Levanté tu sueldo con efecto inmediato - confesó Pedro - Yo sabía que no dejarías la barra, y no pude verte trabajar a sí, estando por el suelo. Le pregunté Sullivan cual era tu salario promedio cuando estaba en Sully, y levanté tu salario anual un poco más de esa cantidad. No es necesario trabajar más allí. Me pareció que era lo que querías. Pensé que querías tener un poco de tiempo para dedicarte a tus otros sueños. Se suponía que en realidad iba ser una sorpresa de cumpleaños. Cuando regresé a la oficina tarde, tenía miedo de que te hubieras ido. Yo quería llevarte a cenar por tu cumpleaños y darte algo que realmente querías. Cuando te vi en mi oficina en ropa interior, me olvide de todo lo demás - Ni una sola otra cosa en el mundo había importado cuando vio a Paula en su oficina mirándolo como en una erótica fantasía. Que había necesitado tocarla, la ponga como loco con necesidad como lo había sido en ese momento.
Paula se le quedó mirando por un momento antes de responder vacilante.
-Por lo tanto, no es realmente para tu conveniencia, ¿verdad?
-Sí y no. Es conveniente saber que estás más segura y más feliz, pero eso no es por lo qué lo hice. Yo supongo que era un poco de motivación egoísta. -Demonios, no podía dejar que ella pensara que él era altruista, porque él no lo era - Pero en realidad no era por mí quererte a mi disposición todo el tiempo. Paula, ¿cuándo he exigido que estés disponible después de horas? Podría ser un grano en el culo, pero por lo general lo hago durante las horas de trabajo.
-Entonces, ¿por qué dices eso?- Sus ojos verdes destellaron una mirada de confusión.
-Porque soy un grano en el culo?- Preguntó, tratando de aligerar la conversación.
Paula asintió.
-De acuerdo - Ella lo miró, sus ojos buscando en su rostro
-¿Estás haciendo todo esto porque nos sentimos atraídos el uno al otro?
Quería decir que estaba haciendo porque quería follarsela más de lo que quería respirar? Tal vez... o tal vez no... él no estaba muy seguro. Todo lo que sabía era que había estado enroscada sobre su ex, y que quería hacer su vida más fácil.
-Te merece el aumento. Te has convertido en más que una asistente, que una secretaria lo largo de los años, teniendo más y más responsabilidad .
Ella lo miró dudosamente.
-Ya me paga en extremo superior de la escala por mi posición.
-Para un puesto de secretaria. Te he promovido a asistente ejecutivo - le dijo con calma.-Ahora estás en el extremo superior de esa escala.
Está bien... que era un poco de un tramo.
Seguía asalariada más alto que la parte superior de la escala, pero maldita sea, era su compañía y Paula hizo el trabajo tanto de un asistente y una secretaria. Él nunca había necesitado a nadie más. Ella valía eso y más.
Ella inclinó la ceja.
-Es todavía un puesto de secretaria, Pedro. Es sólo un título que suena más importante. ¿Por qué estás realmente haciendo esto?
-Pensé que ya me había explicado- se quejó irritado. ¡Cristo! ¿No podría la mujer acabar de tomar el aumento maldito y la promoción sin discutir al respecto? - Has tenido que aguantarme por cuatro años. Antes de eso, no podía mantener un asistente o una secretaria. -Eso era totalmente cierto. Era un perfeccionista banal, y nadie había realizado el trabajo como Paula. Se anticipa a sus necesidades antes de que se diera cuenta de que lo necesitaba, a nivel profesional de todos modos.
-Y no podrías haber discutido todo esto conmigo primero? - Se cuestionó en voz baja.
-No. Entonces no habría sido una sorpresa.-Y que no había planeado dejar esa basura.
-No se puede ir por ahí organizando la vida de las personas, Pedro. Aprecio lo que estabas tratando de hacer, pero yo soy una mujer adulta, y yo tomo mis propias decisiones.
-¿Desde cuándo? - Se cuestionó - Cada decisión que has tomado en los últimos años han sido por tu ex idiota, y ciertamente no le importaba si era algo que querías o no. Todo era para él. ¿Qué demonios importa si te estoy dando algo que realmente quieres? - Pedro no estaba acostumbrado a ser cuestionado cuando él realmente hacia algo agradable, que casi nunca lo hacía, y arreglaba la vida de las personas todo el tiempo, por lo general porque no lo hacen muy bien ellos mismos.
Ella se quedó en silencio por un momento, dándole una mirada interrogativa.
-Y ¿Cuáles son exactamente mis nuevas funciones?
Mierda, Pedro no había pensado en eso. Ella ya hizo el trabajo de dos empleados.
-Lo haremos a medida que avanzamos.
-No voy a dormir contigo - Paula le advirtió con el ceño fruncido.
Pedro se cruzó de brazos con tristeza y le devolvió la mirada.
-Vas a Pero cuando suceda, no será porque parte de tu descripción de trabajo. Lo harás libremente porque quieres…
Paula tomó un trago de su refresco antes de responder:
-No cuentes con ello.
-Y me vas a traer el café cada mañana como parte de sus nuevas funciones - le informó.
Ella sacudió su cabeza.
-Absolutamente no.
Ya sabía que ella diría eso, pero no le importaba. Mientras que estuviera a salvo y que podía convencerla de volver a trabajar con él, él podría vivir con eso.
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Uyyyyyyyyyyy, qué buenos caps.
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