miércoles, 22 de agosto de 2018

CAPITULO 56 (QUINTA HISTORIA)




La fiesta estaba en pleno apogeo , la subasta
aparentemente había terminado. Sus ojos buscaron la pista de baile, en busca de Gustavo, pero él no lo vio en cualquier lugar.


-Creo que me veo tan buena que voy a ir sin más maquillaje - dijo Paula con voz ansiosa detrás de él.


Pedro se volvió y la miró.


-Estas impresionante - Y ella era la mujer más hermosa que había visto nunca.


Paula puso los ojos en él.


-Me veo como una mujer que ha estado llorando toda la noche. Mis ojos están hinchados, mi maquillaje se ha ido, y mi nariz es de color rojo. No soy una vista atractiva.


Pedro pensó que estaba equivocada. Miró hacia abajo en el anillo en su dedo, pensando que parecía increíble.


-Parece que eres mía - le dijo simplemente, pensando que eso la hacía más atractiva. Parecía un milagro maldito para él.-Baila conmigo - exigió, alcanzando la mano hacia la de ella.


Ella deslizó su mano en la suya con una sonrisa, acercándose a él para susurrarle:
-No hay que olvidar que mi trasero está desnudo. Algún bárbaro rasgó las bragas y dudo que estén usables.


No lo eran. Pedro prácticamente las había destrozado. Comprobó su falda, asegurándose de que estaba cubierta.


-Por el amor de Cristo, no te inclines - dijo con voz áspera, dura, tirando de ella hacia una zona más apartada de la pista de baile, dividido entre el deseo de tenerla en sus brazos y su necesidad territorial para asegurarse de que no
se exponga. Cuando él la tomó en sus brazos, se resolvió el problema poniendo una de sus manos sobre su culo en lugar de su espalda, haciendo absolutamente seguro que su falda no se iría hacia arriba.


-La gente está mirando - Paula le dijo en un tono divertido mientras seguía a sus pasos a la perfección.


-No me importa una mierda - respondió él, sorprendiéndose a sí mismo que a él realmente no le importaba. Era una ocasión, y tal vez
no era apropiado para sostenerla esta manera, pero se sentía bien.-Si no les gusta, no tienen que mirar.


-Pedro Alfonso ¿estás realmente dispuesto a hacer algo un poco escandaloso?- Bromeó Paula.


La miró a los profundos verdes ojos, su expresión intensa.


-No hay nada que yo no haría cuando se trata de ti - le dijo en una voz ronca, sabiendo que
quería decir cada palabra.- Dime que me amas de nuevo - dijo con insistencia, sabiendo que sonaba patético, pero no se preocupó por eso.


-Te amo - ella respondió inmediatamente.


Pedro sintió que su polla estaba en crecimiento, dura sólo de la licitación, el tono sensual de sus palabras. Incapaz de detenerse, dejó de bailar y él la besó, no se retiene nada mientras trataba de decirle sin palabras lo mucho que guardaba ese amor. Paula le quería exactamente como estaba. Ella no se preocupa por su riqueza, sus extraños sueños premonitorios, o menos de su comportamiento discreto aveces. Ella sólo se preocupaba por él....


Las cámaras brillaron, y Pedro sabía que iba a ver una imagen de sí mismo en las páginas de sociedad de mañana, encantado con su nueva prometida en la pista de baile de un baile de caridad. Y en realidad debía saborearlo. 


Había esperado por Pau durante años, y quería
que todos los hombres en el mundo supieran que ahora le pertenecía a él. De hecho, él felizmente buscaría la foto de mañana porque estaba muy muy seguro de que la enmarcaría.




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