martes, 11 de septiembre de 2018

CAPITULO 6 (SEPTIMA HISTORIA)




Iba vestido de manera sencilla con unos pantalones de chándal azul marino y una camiseta que se pegaba a cada centímetro de su musculoso pecho, brazos, abdomen y torso. Paula se obligó a apartar la mirada y se ajustó la camiseta distraídamente.


—Bueno, ¿por qué has decidido darle una paliza a Javier? —preguntó Pedro con curiosidad.


—Estaba siendo cruel con Chloe. —Paula anduvo hasta una cinta y la encendió a velocidad de calentamiento. Pedro se situó en la cinta contigua a la suya y subió, empezando a andar a su lado. —¿Cómo sabías quién era?


Paula pensó con rapidez.


—Le oí decir su nombre. Es tu hermana, ¿verdad?


—Sí. Mi hermana pequeña. ¿Qué quieres decir con que estaba siendo cruel? —Su tono de voz se volvió enojado y amenazante.


Paula se agarró a la barra que había frente a ella mientras caminaba sobre la cinta y miró fijamente los paisajes de bosques pintados en la pared.


—Estaba insinuando que estaba gorda, que no lo está, y estaba tirándola al suelo sin enseñarle nada. Ella dijo que le dolía la espalda y él estaba retorciéndole la muñeca sin ningún motivo excepto para hacer que fuera doloroso para ella. Pero quería seguir tirándola incluso después de que ella admitiera que le dolía. Es un imbécil. ¿Por qué demonios quiere casarse con él?


Pedro se encogió de hombros mientras subía la velocidad de su cinta.


—Ahora es un médico local y ella lo conoce desde el instituto. En realidad no los hemos visto mucho a él ni a ella desde que se graduó del instituto excepto cuando ella estaba en casa durante las vacaciones de la universidad. El año pasado se licenció en Veterinaria y abrió su propia clínica aquí. Todos estamos contentos de que esté de vuelta en casa. Sinceramente, no creo que ninguno de nosotros conozca muy bien a Javier. He oído algunos rumores sobre él, pero
pensaba que eran solo eso… rumores. Es una ciudad pequeña.


—Si los rumores dicen que es un capullo cruel y sádico, yo me los creería. — Paula aumentó la velocidad de su cinta un poco más.


Pedro permaneció en silencio durante unos minutos, como si reflexionara sobre sus palabras.


—Créeme, ahora voy a investigar todos esos rumores. Y voy a empezar a velar por Chloe. Creo que mis hermanos y yo deberíamos tener una charla con ella. Gracias por ayudarla.


Paula asintió y se produjo un silencio cómodo durante unos instantes, mientras ambos subían las velocidades de sus cintas.


—¿De verdad vienes a entrenar todos los días aquí, al resort? —preguntó ella con curiosidad, planteándose por qué no tenía un gimnasio en su propia casa.


Todos los Alfonso tenían casas en Rocky Springs y todos eran dueños de sus propios terrenos. Debían de tener casas grandes allí.


—Principalmente vengo a ver a Mamá todos los días. No la vi mucho durante años. Y también está el desayuno bufé. Yo no cocino. —Le lanzó una sonrisa sin remordimientos—. El desayuno aquí es inmejorable y es un bufé verdaderamente pasable con productos frescos. Todo lo que puedas comer.


A Paula le rugió el estómago.


—¿Hay desayuno bufé aquí?


—¿No te lo han dicho en recepción? Está incluido para todos los huéspedes. —Hizo una pausa antes de añadir—: Y unos cuantos intrusos, como yo.


Paula hizo una mueca.


—Para ser sincera, no les di oportunidad de decirme demasiado cuando llegué. Era tarde y estaba cansada. Estoy muerta de hambre —admitió de mala gana.— ¿Cómo de rápido puedes terminar de correr?


Paula aumentó la velocidad.


—Bastante rápido. ¿Tú?


—Más rápido que tú —le replicó en tono jocoso—. Y si llego primero, no dejaré mucho.


—Yo terminaré más rápido. —Redobló sus esfuerzos hasta correr a toda velocidad—. Y soy una clienta. Tú eres un parásito —protestó ella, empezando a respirar con más fuerza.


—Eso no importará si consigo el último gofre. —


Pedro corría en la cinta, pero ni siquiera había empezado a sudar.


—Eso no va a suceder —le dijo ella con vehemencia, decidida a llegar a la comida antes que Pedro.


Terminaron a la vez, pero Pedro se duchó más deprisa y llegó al bufé antes que Paula.


A pesar de sus provocaciones, Paula tuvo que admitir que era dulce porque tuvo especial cuidado en guardarle unos gofres o waffles.



2 comentarios:

  1. Buenísimos los 3 caps, qué bueno que Pau ayudó a Chloé. No quiero pensar en las cosas que van a hacer los hermanos Alfonso al ridículo de Javier.

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  2. Recién me voy poniendo al día... Me gusta mucho la historia!

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